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Albarregas, el río que nos identifica

pescando patos en el Albarregas

Buenas, soy Domingo, otra vez animado por mi amigo Cele. Me he animado a contaros otras de mis aventurillas de cuando era pequeño.

Pues bien, el otro día me hicieron un comentario de que en el Albarregas no había criaderos de patos, y eso no es cierto. En una de mis muchas aventuras en el Albarregas mis amigos y yo íbamos mucho a una zona que le llamábamos "El Agüina" que está ubicada donde hoy se encuentra el centro de conservación de la nacional V, muy cerquita del camping de las lomas. Hay una arboleda compuesta entre eucaliptos, sauces, pinos, etc. Es una explanada natural donde se ensancha bastante el Albarregas y allí anidaban muchos patos, garzas y demás pájaros que su vida está relacionada con el río, pues se alimentan, como todos sabéis, de peces, ranas, etc. Pues bien, íbamos mi amigo Willi y yo en época de cría para cazarlos y había que tener muchísimo cuidado porque los patos pegaban unos picotazos de órdago, o sea, que dolía bastante. Tirábamos, para cazarlos, las famosas redes que hacíamos con los sacos de patatas. Se las tirábamos por encima con mucho cuidado de no hacerles daño, y si pescábamos alguno (lo que resultaba bastante complicado) lo metíamos en otro saco para llevárselas luego al tío Kiko que era un hombre que tenía gallinas para que nos los criaran, luego imaginaros lo que pasaba. Cuando estaban grandes... ¡NOS LOS ZAMPÁBAMOS!.

 Luego también recuerdo del cine Albarregas. Normalmente, si éramos buenos <<casi nunca" nuestras madres nos daban 25 pts.  que costaba la entrada, y si no, nos colábamos. Si nos pescaban, salíamos calentitos. Ahora no recuerdo exactamente dónde estaba ubicado, pero era muy conocido en aquella época. Los de mi quinta saben de lo que les hablo.

 En fin, el Albarregas, realmente ha cambiado con el paso de los años, al igual que yo y el resto de mis amigos y compañeros de juegos. Al escribir estas letras añoro mucho aquellos días pero lo que más me duele es la dejadez y suciedad que arrastra el río en estos días, y eso que están preciosas sus márgenes. Yo, alguna vez que otra, me vengo paseando desde Ma Auxiliadora hasta casi su desembocadura en el Guadiana y disfruto de sus jardines y parques, pero al mismo tiempo me indigna ver que no sabemos apreciar lo que tenemos no cuidando y ensuciando nuestro río. Ojala con esta iniciativa se pudiera volver a recuperar la pureza y limpieza de este pequeño pero gran río Albarregas. Y con buenos deseos os dejo.

Gracias especialmente a mi amigo Cele por dejarme contaros estas batallitas. Hasta la próxima:

Domingo.

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